De San Valentín y otras perlas

Y tus amigos que siguen unidos
Solo esperando estrecharte en sus brazos
Y ayudarte otra vez
Y ya no quedan lágrimas ni dolor
Solo un vaso de cerveza y una canción
Y en cualquier fiesta encontrarás un amor, o dos o tres
Los que tu quieras los que te pida el corazón
Abrázate a tus amigos haz como yo

Porque si tu amor se fue
Tus amigos están ahí
Si tienes que beber
Tus amigos están ahí
Si no te encuentras bien
Tus amigos están ahí
Si tu sientes que el sentido vas a perder
Tus amigos sabrán que hacer

Hombres G, Mis amigos

Aunque suene a cuento en toda mi vida jamás pasé el día de San Valentín junto a un chico. No es que lo haya buscado o rehuido, es que simplemente así sucedió: o no tenía ningún príncipe azul (ja!) en ese momento, o es que éste se encontraba lejos.

Y como podrán darse cuenta no me suicidé ni nada por el estilo. Al contrario, siempre vi con una sonrisa socarrona a las parejitas acarameladas vivando al amor en esta fecha (y quien sabe sacando los pies del plato o diciéndose la vela verde el resto del año).

Tampoco creo ser una bruja amargada que detesta el romanticismo y a quien nadie quiere a su lado, ¡por favor! Tengo mi corazoncito (je, je). Pero el 14 de febrero dondequiera que me haya encontrado lo he relacionado directamente con la amistad.

Cuando era una adolescente San Valentín era un motivo más para salir con mis amigas o la patota de mi grupo a divertirnos sin que nadie se abra con alguna conquista al paso. Era casi un ritual, solo estar entre amigos, para los "plancitos"(especialmente de ellos, los chicos del grupo) o las parejas de turno (pensándolo bien nadie tenía una por largo tiempo) estaba todo el calendario sobrante.

Viéndolo desde ahora me alegro de que fuese así, la mayoría de mis amistades, que no son muchas dicho sea de paso, continúa hoy en mi vida aunque no estén tan cerca (a diferencia de lo que ocurre, en general, con los ex). Es lógico, cada quien va eligiendo sus propios rumbos, pero sé que puedo contar con ellos. Y ahora, con la madurez de los veintitantos a cuestas (alguien dijo vejez?) puedo ya tener la calma para poder pasar un día como éste (¿y si yo quiero que sea el 19 de noviembre?) en compañía de alguien o si me apetece leyendo, en el gimnasio, limpiando mi casa, mandando e-mails, de shopping, o escribiendo cuentos de horror.

Igual, algunos de mis amigos me sorprendieron con sus saludos desde las 00 horas. En honor a la amistad comparto un fragmento de un tema de Hombres G que solía cantar con mi otrora grupillo, hoy por hoy disperso por el mundo. No se asusten, nos gustaba lo retro.


PS: El amor tendrá su propio post, pero me rehuso a hacerlo porque alguien lo diga. Un abrazo para todos, de alguna manera ya son un poco mis amigos virtuales.