Mi otro yo o la otra que no soy yo

A mi hermano lo buscaban por un supuesto fraude, a mi me encuentran por una supuesta carne. Cosa de locos, sí, cosas de la homonimia. Por suerte, él solucionó hace tiempo el rollo persecutorio luego de varios trámites que demostraron que él no es el otro. Yo no soluciono nada y aunque quisiera no podría, lo mío no es un tema legal, ni penal, ni judicial, lo mío es un asunto de calatería pura y como dicen por allí “con eso no se puede competir”.

Sucede que en Colombia una chica que no soy yo pero que se llama igual gana adeptos cada vez que aparece y da la espalda. ¿Imaginas por qué? Bueno, para mayores detalles se la conoce como “la hinchada” y si bien está relacionada con programas deportivos el apelativo remite a otra parte. Lo lamento por aquellos que buscando a la dichosa señorita llegan a mi blog. Ok, me alegro, pese a que sospecho habrá cierta desilusión al no encontrar aquí mucha carne que vender.

Ella tendrá fotos y videos sensualones yo sé, pero quien suscribe tiene una corona que ganó en segundo grado de primaria y un título más en su haber como reina de la caridad en primero de secundaria (¿habrá sido por caridad?).

Así como ella la rompe bailando reguetón (¿eso debería ser algo a su favor?) yo ostento un campeonato departamental en bailes de la selva (esteee, creo que hablé demasiado).

Es cierto, tal vez no sea la primera en el buscador pero soy la única en tener un blog firmado con este nombre (no digas que así cualquiera, no te lo permito).

Por eso y muchas cosas más no te equivoques varón. ¿Que a mi cómo me dicen? Ejem, eso no se publica, recuerda que una mujer como yo debe ser reconocida por su intelecto siempre (¿alguien me cree?). Solo puedo adelantar que no seré tan hinchada pero juro que tengo mi jale, faltaba más.