El reino de la retaguardia

Es la parte que más llama la atención, la más sensual, incluso por sobre la delantera (por lo menos así lo veo, luego de una exhaustiva investigación). ¿Por qué creen que en la mayoría de avisos de "kinesiólogas" o algo parecido se muestran fotografías de mujeres volteadas? Y en los programas cómicos ¿por qué siempre la cámara enfoca por allí a las bailarinas mientras se menean (horror!). ¿Por qué creen que es la parte del cuerpo que más apelativos tiene? (Me refiero, en todo, caso a la parte visible). Se le dice de todo: derriere, nalgas, queque, tamal, tremendo, panetón, etc ,etc.
Pero como los peruanos somos tan creativos (ja!) lo llamamos cariñosamente poto (los de arriba, los de abajo y los sobrevivientes de la clase media) sin que nadie se ofusque. Es el nombre más popular. Una palabra tan común que nos acompaña desde que tenemos uso de razón. “Te voy a dar un taz taz en el poto, vas a ver”.
Tanto nos gusta usar ese término que lo relacionamos con todo. Es como uno de los mandamientos pero al revés: Usaremos su nombre en vano.
"Cara de poto" ó "care poto", para alguien que nos llega (al poto?) por su mal humor.
"Más duro que poto de muñeca", en vez de decir tacaño.
"Hasta el queque" ó "hasta el poto", para precisar que algo salió o es pésimo.
"Poto colado", dulce (chinchano) hecho a base de frejol (o frijol) canario.
Recuerdo haber escuchado decir al mismo Augusto Polo Campos quien por años fuese libretista de Risas y Salsa -aquel programa “estrella” de la TV peruana donde se mezclaban sketchs con calatería y musicales (horror! No es mi culpa, solo recojo datos) - en un simposio sobre los medios de comunicación hace años, que esa era el arma cuando el rating bajaba a cero porque sino seguiría bajando a cero tras cero tras cero tras cero…Muy gracioso él. No obstante, lo dicho encierra una verdad de Perogrullo que se aplica sin piedad. ¡Qué duda cabe, éste es el reino de la retaguardia!
El primo de una amiga acuñó otra frase célebre: “Aquí si no tienes trasero no eres nadie”. Se lo dijo a su hermana recién llegadita de los yunaites, una chica con regular delantera pero sin tanto posterior. Como es bien sabido para los gringos no hay nada mejor en el mundo que el busto explosivo (aún no teniendo nada más), por tanto ella vivía feliz por allá. Felizmente su paso por estas tierras era fugaz.
¿Qué tendrá el trasero que no nos deja indiferentes? Me incluyo en la pregunta puesto que también soy partidaria del mismo aunque no por eso colgaría un calendario jamás con un hombre volteado a flor de piel tal como lo hacen miles y miles de hombres. Sí, a las mujeres también nos gusta la retaguardia. Los ojos y la retaguardia. La sonrisa y la retaguardia. La personalidad y la retaguardia. Cualquier cosa y la retaguardia.
Trato de buscar una explicación y no puedo dejar de relacionarlo al tema del afecto y el castigo. Es allí donde nuestras madres nos acariciaban para hacernos dormir o después de botar el “chanchito” en nuestros primeros meses. Es allí, precisamente allí, donde recibíamos las palmadas de castigo (o en los casos más trágicos un correazo) también. Con los años esa misma zona cobra protagonismo sea para uno u otro caso en las lides amatorias.
Cierta vez una amiga japonesa contaba que su esposo peruano cuando se ponía meloso le daba palmaditas en las nalgas. Ella se quejaba porque no le encontraba sentido. Decía que él tampoco podía entender por qué a ella no le gustaba en lo más mínimo ni le recordaba nada (deseo, bronca, amor, etc). “!Pero no siento nada!”, le replicaba mi amiga. Y es que para entenderlo se necesita tener un cierto background en el asunto.
A qué viene toda esta oda a la nalgamenta como lo llama Marco Aurelio Denegri, especialista en sexología y en monólogos televisivos? Pues no lo sé muy bien. Se supone que este post tendría un tufillo de queja luego de haber visto el calendario de las autodenominadas Diosas del 2007, tres modelitos encabezadas por Angie Jibaja que, según dicen, promocionan el turismo y la belleza nacional (bueno la de ellas para ser más exactos).
No me quería quejar por el calendario en sí mismo, ni porque salgan con poca ropa, sino por cómo una de las fotos (en general bien hechas casi todas salvo excepciones) donde ellas están de espaldas (creo que en la mitad del calendario están de espaldas) que pudo ser tan artística como las demás acabó bordeando la línea de la vulgaridad. Pese a todo, el trasero sigue siendo el rey aquí, y no me opongo.

Leyenda 1: Imponente imagen del rey.
Leyenda 2: Angie Jibaja mostrando su nuevo calendario (con la foto “borderline”).
Foto 1: Internet.
Foto 2: Angélica C.
Labels: belleza, imagen, peruanismo