Mi cita blogueril
Y que eras pelirroja. (Imberbe Muchacho sorprendiéndose al verme).
¡No trajiste tus zapatillas! (Dragón dándome la bienvenida).
¿Has entrado a mi blog? (Varguitas midiendo su popularidad).
¿Y tú de qué hablas? (El Gato Descalzo, pregunta a quemarropa).
Tu blog es light. (...)
¿No es blanco? (Leuzor, sobre el fondo y la forma de mi blog).
Aaaah! ¡A ti te gusta el reguetón! (Meli después de decirle que había caído por su blog).
¿Lo conoces de antes? (...)
Porque parece. (Perla cuestionando mi forma de hablar hacia Imberbe).
Ah! Yo te he escrito pero nunca me has respondido! (Jhanus reprendiendo mi ingratitud).
Angie... no te olvides, son x soles (Dragón, recordándome tímidamente, a la hora de irme, que debía pagar la cuenta).
No tenía idea de cómo sería encontrarme con un grupo de blogueros en vivo y en directo, develando sus rostros, esos que uno imagina al leer sus letras, oyendo sus voces, comprobando su autenticidad, tirando al tacho el misterio de la pantalla y los nicks. Pues sí, corrí el riesgo. Dragón convocó a cerca de una treintena de ellos teniendo como pretexto un almuerzo, la idea era materializar al personaje que cada quien se crea en la mente del otro, con premiación (“Los Blogitzer”) y todo y solo puedo decir que la experiencia bien valió la pena.
Pero ¿qué debe hacer un blogger antes de toparse cara a cara con sus congéneres? Aquí mis conclusiones.
No contarle a sus amigos no blogueros que irá. Te mirarán con cara de preocupación, pensarán que se te salió una tuerca o que estás necesitado (a) de vida social. La gente no blogger no comprende del todo reuniones como estas (creo que incluso algunos blogueros tampoco lo hacen) y muy por el contrario las ven con una ceja levantada (especialmente las parejas de blogueros que quieren ir, pero a estas sí hay que decirles no más).
Llegar temprano. Para no tener que saludar en medio de la confusión cuando la gente ya empezó a ponerse las pilas. Sucede que demoré en salir y de pasada tomé un taxi con un conductor que parecía haberse fugado de un asilo: el viejito no conocía ni cuál era el Ovalo Balta (¡!).
Hacer un repaso mental de todos los blogs leídos. Es bueno hacerlo, especialmente si tienes mala memoria como la mía. No sabes a quienes tendrás a tu lado así que necesitarás temas de conversación en común. Supongo que el silencio primero de la mesa 2 (donde estaba sentada) tuvo su razón de ser en la poca confianza entre los integrantes, no obstante, en pocos minutos la lengua se fue soltando. Los que yo conocía (virtualmente) estaban un toque lejos.
Llevar su propia cámara. Así te podrás vengar de aquellos que te ametrallan con sus flashes, de aquellos que te llaman y de pronto zas!, te inmortalizan con sabe Dios que cara. Ese día recuerdo haber aceptado unas tres o cuatro fotos, el resto definitivamente fueron sorpresivas, muchas de ellas evadidas con éxito y otras no mucho que digamos. Hubiese querido tener un recuerdo final de toda la gente junta, es verdad, y ser yo la que toma las fotos. La próxima vez llevaré mi cámara con lente teleobjetivo, ya verán.
No haber ido a tonear la noche anterior. Esa es una mala idea, salvo que tengas un aguante único. No solo tu rostro te delatará con tremendas ojeras y expresión demacrada (que para colmo quedará registrada en las fotos!) sino tu cabeza latirá después del mediodía si no has dormido como debiste (más aun si tienes resaca). Traté de disimular, espero haberlo conseguido.
Estar preparado (a) para compartir la mesa con todos. Si eres comodón (ona), fuiste. En las blogo-reunas hay que ir predispuesto a sentarte con cualquiera de los asistentes y hacer campo para que lleguen más. Allí estábamos Petit Amie, Varguitas, La Plazuela, Gato descalzo, Perla y George, peleándonos con el conejo y el tacu tacu, excepto Meli que no comió pero también nos acompañó. Después se unió Jhanus y por poco Chibolín, que como no había sitio se tuvo que sentar al costado. Tuvimos que alzar y arrimar nuestra mesa para no darle esperanza a éste último de que se siente con nosotros.
Tener el suficiente tiempo para disfrutar la velada completa. Sino estarás viendo el reloj cada cinco minutos para comprobar que aún te queda alguito, tendrás que comer rápido, evitar los aperitivos o bajativos y despedirte con la miel en los labios. La hora y media que estuve en el almuerzo realmente se quedó corta para poder siquiera conocer a los que integraban mi mesa. De los bloggers de la mesa 1 solo hablé ligeramente con Dragón, Imberbe, Perro Andaluz, Leuzor, Juan Arellano y un poco más con Cloud Strife. Mis múltiples compromisos (sonó a mujer importante) me impidieron además degustar el tequila de Truly porque debía salir de allí sin tufo alguno, sobria y tan profesional como siempre (jeje).
Llevar la billetera y pagar al salir. Por ningún motivo salgas de tu casa sin dinero, menos si de una blogo-reuna se trata. Recuerda que es la primera vez que los verás así que no podrás decir “ups, se me olvidó, ¿puedes prestarme x soles?, mañana te pago”. Quedarás como el (la) rey (na) de los paracaidistas y serás nominado a los premios blogitzer en la categoría "shell". Claro que en mi caso sí tenía el dinero (por suerte) lo que sucedió es que mi apuro me hizo olvidar que el verbo “despedir” (se) iba acompañado del de“pagar”. Y lo hice hasta el último centavo, creánlo.
PD: Me encantó conocer a todos, me llevé la mejor impresión. Espero volverlos a ver.
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