El baile de los que sobran

Los veo allí en la pantalla vistiendo la blanquirroja, unos en Ecuador, otros en Japón. Los primeros clasifican al mundial Sub 17 (bien por ellos y nosotros) los más grandecitos terminan con 2-0 en contra (será un amistoso pero sigue siendo una lástima). No importa si ganan o pierden, si se trata de fútbol seguro que habrá quien los vea, la pleitesía es generalizada.

Y no es que tenga aversión al fútbol, ni a los jugadores (sea cual fuese su nivel), lo que me fastidia es toda la fanfarria que se arma alrededor de ellos, el endiosamiento que le dan los medios, el dinero invertido y los escasos resultados, la dirigencia y sus cuestionados manejos.

¿Alguien reparó en que existen otros deportes? Más aún, ¿sabemos cuántos campeones tenemos en otras disciplinas? Mejor dicho, ¿nos interesa? Uno de esos ignorados e incomprendidos que lamentablemente decidió dedicarse a un deporte diferente va de un lado a otro en el mismo gimnasio al que asisto. Es el actual campeón sudamericano de fisicoculturismo en la categoría master hasta 70 kilos. Se llama Julio Oberti, y aunque no lo crean, es mi instructor (los resultados son más notorios en él por supuesto). Por si fuera poco, fue premiado por el IPD como el Mejor atleta de fisicoculturismo de 2006.

Claro que nadie parece inmutarse, ni los auspiciadores ni el ciudadano de a pie. Y mientras Julio sigue tocando puertas buscando cómo ir a nuevos campeonatos internacionales porque con “la suya” no le alcanza, otros nombres siguen sumando en casi en silencio logros nacionales.

Solo basta recordar a Sofía Mulanovich, Magoo de la Rosa y Analí Gómez , grandes del surf peruano para tener una idea de lo poco que valoramos el éxito en otros rubros.

Y hay más, de hecho, podría hacer un blog entero con esos verdaderos talentos deportivos que no nos dan motivo de charla pero sí traen preseas. El karateca Akio Tamashiro es otro de nuestros mejores exponentes, campeón sudamericano, panamericano y subcampeón mundial. Ni por eso congregó multitudes en el aeropuerto en ninguno de sus laureados retornos. ¿Quieren más nombres? Bueno, aquí van solo algunos:


Automovilismo: Ramón Ferreyros, campeón sudamericano de Rally CODASUR 2004-2005 y de Rally 2006 de Chile.

Tiro: Francisco Boza, medallista olímpico, y ex campeón sudamericano.

Atletismo: Inés Melchor, medalla de plata en el Sudamericano de Cross Country 2007.

Ajedrez: Emilio Córdova, campeón sudamericano, y Luciana Morales, campeona del sudamericano sub 20.

Vela: Stephanie Zimmermann Vega, subcampeona mundial individual.

Esgrima: Maria Luisa Doig medalla de oro en el sudamericano.

Bodyfitness: Sandra Tacza y Marilyn Merino, campeonas sudamericanas cada cual en su categoría.

Lo lógico sería fijarnos en ellos, sin descuidar al deporte rey como le llaman, no solo por gratitud sino por su valía, sin necesidad de que tengan que hacer un escándalo con alguna desnudista, ser ampayados borrachos, hacer topless frente a las cámaras, o cualquier otra inventiva extradeportiva. Me pregunto cómo pueden ser populares si no se hace nada por popularizarlos.

En todo caso, avísenme si Perú gana el Panamericano de fútbol en junio o si hace un papel decoroso en el próximo mundial de Corea del Sur, algo mejor que ir a jugar de relleno, porque entonces seguro aceptaré de buena gana que los peloteros también llevan dos pelotas de fútbol incorporadas, como desde hace mucho lo vienen demostrando los otros, los desterrados hijos de Eva.

Foto: Ruddy Tena.

Leyenda: Solo basta mirar alrededor para encontrar campeones. Julio Oberti, medalla de oro del sudamericano de fisicoculturismo categoría máster es mi instructor.

Mi zoológico interior

A veces me siento un avestruz

Porque mis alas son un simple adorno, me vence la realidad y mi mundo se limita solo a lo que tengo bajo mis pies. Soy un ave de tierra, un ser a medias, que no define su naturaleza. Me viene entonces la época gris, miro todo con recelo, me corro del presente, me aterra pensar en el futuro.



A veces me siento una jirafa

Veo todo desde arriba, respiro el mejor aire, disfruto del mejor ángulo. El optimismo llena mis días, camino por la vida cual pasarela de Cibeles y aunque no es una característica mía ser la vedette de la fiesta pareciera que son mi cuello levantado y mi enigmática sonrisa los que se roban todas las miradas.



A veces me siento un oso

Especialmente cuando empieza el frío, el sol se lleva mi etapa más activa y disfruto de comer y de dormir algún tiempo extra. Y no se te ocurra decir que la reserva de mi cintura se va notando porque te gruñiré y te mandaré bien lejos. De pronto todo se vuelve más lento, aunque sé que ése invernadero me sirve para sentirme más querida por mi mientras me preparo a salir a cazar.



Pero por lo general creo ser una nutria

Amo lo lúdico del día a día, le doy un quiebre a las tensiones con obstinación y gracia, me zambullo en los retos y resisto la corriente aunque no siempre salga seca y con el pelaje bien puesto. Siempre erguida sin dejar de ser humilde, apacible e indefensa a primera vista y guerrera valiente hasta en las fibras más íntimas, marcando mi territorio pero nunca jugando sucio. Todo un mar de aparentes contradicciones.

Y todo eso lo descubrí con una simple visita al Parque de las Leyendas el fin de semana pasado.


Fotos: Angélica C.

Mujer nuestra de cada día

Nos liberamos de la sumisión pero nos volvimos esclavas de la imagen, salimos de la casa, usamos pantalones, competimos con ellos en puestos de trabajo, pasamos de ser madres solteras a mujeres luchadoras, llegamos a los puestos políticos más altos... pero seguimos hablando en voz baja de temas como nuestra propia sexualidad y el aborto. Y somos presa de pánico cuando el físico impone sus leyes y los años nos pasan la cuenta.

El dedo acusador del machismo que se resiste a morir nos reprime vivir nuestra sexualidad a plenitud, el qué dirán viene en mancha: “qué dirá él (mejor finjo)”, “qué dirá el resto (mejor finjo)”. La doble moral funciona así, puedes acostarte con todos los que quieras mientras ellos no lo sepan.

Y del aborto mejor ni hablemos, no importa si haya sido una violación, nosotras siempre tendremos que ser las heroínas. ¿Llegaremos las peruanas en ésta década a tener el poder de decidir cuándo, cómo y con quién queremos ser madres tanto como ellos? Mejor dicho, ¿podremos decidir lo que queramos en todos los ámbitos sin trabas ni discriminación de por medio? La dupla conocimiento y dinero me suenan como las llaves de esa libertad.

Pero hay otros monstruos que tocan a nuestra puerta. Dos de los más feroces son la juventud y la belleza eternas. Ni la bandera de la igualdad nos salva, hasta las más “cosmopolitas” nos tenemos que convertir en una suerte de mujeres maravilla para poder destacarnos social e intelectualmente mientras seguimos siendo vistas como féminas y no como seres andróginos y temibles.

Amén de ser independientes, cultas y profesionales, necesitamos ser jóvenes siempre, flacas siempre, regias siempre (a diferencia de ellos). Mujeres maravilla que tengamos al día nuestra vida sin despeinarnos siquiera (si tenemos hijos y familia adicionalmente ya se imaginarán el trabajo que tendremos). En pocas palabras, ser decididamente perfectas, en mente, alma y cuerpo. Sino solo fíjense que muchas de las llamadas exitosas (sin look de reinas de belleza) han pasado por el quirófano. La imagen, la maldita imagen. Feliz día mujer.

Paseos domingueros

Aprendí a querer la naturaleza conociéndola, tocándola, viviéndola. Por algo me confundía con los peces de un pozo cuando ni cumplía los seis y me subía a los árboles de pacae un par de años después. Así que cada vez que puedo vuelvo a ella, en especial empujada por mis padres, enfervorizados admiradores de las plantas y el olor a campo.

Cuando los visito algunos fines de semana ésta chacra es destino obligado, cogemos el carro y mínimo estamos un par de horas, máximo el día entero. Ellos son felices allí, por eso no puedo evitar ir, más que por afición personal (que no la tengo a tal punto) mi intención es compartir sonrisas con ellos. Ya los veo: se acomodan el sombrero, ponen el bloqueador en la guantera, la ropa de recambio en el bolso, frutas y fiambre para satisfacer al estómago y todos a bordo.

He descubierto que en esta vida no hay que ahorrarse esos momentos. De esa forma he ido llenando alguno de mis archivos de fotos con imágenes naturales de este lugar, donde lo que se cultiva es la unión familiar... aunque reniegue de los insectos.

Leyenda 1: Guardianes y amigos, dándose una siesta.

Leyenda 2: Atardecer en Pampa de Ocas, Pisco, Ica.

Fotos: Angélica C.

Sincronicemos relojes

Tengo clara la imagen: tres muñecas juntas paralelamente empuñando cada una un reloj. Una de ellas le pertenecía a Parker Lewis, así como la voz en off que se daba al mismo tiempo: “sincronicemos relojes”. Era el mejor momento, entonces sabría que los tres adolescentes resolverían el problema en el que se habían metido (otra vez), y eso ocurría en cada capítulo. Me refiero a la entrañable serie noventera del mismo nombre, una de las mejores de la época. En fin.

¿Que a qué viene éste repentino recuerdo? Pues ni más ni menos por la campaña para desterrar la "hora peruana" (iniciado el 1 de marzo por el Grupo del Deber y el Acuerdo Nacional), que necesitará un esfuerzo casi milagroso para que nuestro país logre entender que la hora es la hora y no 30, 40 ó 60 minutos después.

Porque aquí eso es de lo más normal, e incluso nos lo tomamos a broma, como si fuera uno de nuestros elementos distintivos. Llegan tarde los gobernantes y los gobernados, los hombres y las mujeres, los ricos y los pobres. El que está primero es el bicho raro. Nadie cumple los plazos establecidos simplemente porque esos están dados para marcar un “a partir de”. La impuntualidad nos define.

Me incluyo en el grupo no sin sentir vergüenza, pero debo decir que los horarios han sido para mí una debilidad. Las veces que he llegado exactamente a la hora son las menos (en realidad lo he hecho más cuando vivía en Japón, ¿será por eso que es un país exitoso?), siempre he creído (autosuficientemente) que puedo ser más rápida que el tiempo. Pero no, las pruebas me han demostrado lo contrario y ya es hora de dejarme de egoísmos y mover el trasero rápido pensando en los otros. Porque esperar no es el mejor papel. Y el punto central es el respeto, ¿cierto?

Aprovecharé esta campaña para sacudir mi lado más subdesarrollado, es todo un reto... pero sobreviviré, sé que lo haré.

Esta boca no es mía

Han sido muchas las frases que no me han dejado indiferente a lo largo de mi vida pero como mi memoria no es mi mejor aliada solo algunas de ellas me persiguen, sea porque marcaron época, porque las repetí hasta el cansancio o porque las apunté en la última página de algún cuaderno que aún conservo. De eso se trata el meme que me pasó, esta vez, Alandroide Paranoico, de hacer una suerte de selección o un ranking personal con ellas. Como dije antes, no están todas las que son ni son todas las que están pero aquí les va (sin orden de importancia):


“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo ya hay que morirse”.

(Ernesto Sábato, escritor y ensayista argentino).


“Seamos realistas y hagamos lo imposible”.

(Ernesto Che Guevara, revolucionario y líder político).


“Un pedante es un estúpido adulterado por el estudio”.

(Miguel de Unamuno, filósofo y escritor español).


“Recogéis a un perro que anda muerto de hambre, lo engordas y no os morderá. Esa es la diferencia más notable entre un perro y un hombre”.

(Mark Twain, escritor estadounidense).


“Cuando me preguntaron sobre un arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: la paz”.

(Albert Einstein, físico alemán nacionalizado estadounidense).


“Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción”.

(Joaquín Sabina, cantautor y poeta español).


“Vale la pena conocer al enemigo, entre otras cosas, por la posibilidad de que algún día se convierta en amigo”.

(Margaret Thatcher, ex primera ministra británica).


“El mejor secreto para una pareja es combinar la lujuria con la confianza”.

(Nicole Kidman, actriz australiana).


“Mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más divertida”.

(Woody Allen, cineasta estadounidense).


“Si tus fotos no son buenas es porque no estuviste lo suficientemente cerca”.

(Robert Capa, maestro del fotoperiodismo)


“Solo hay un modo de hacer dinero escribiendo: casarse con la hija de tu editor”.

(George Orwell, escritor y periodista británico)