¿La salsa está de vuelta?

No tengo nada en contra de la libertad musical, cada quien merece que respeten sus preferencias o simpatías en términos generales, pero la verdad es que ya hacía falta que le bajen el volumen a Daddy Yankee y compañía. Por suerte, nuevos aires se avecinan.
Parece que al dichoso reggaetón no le queda más que ir haciendo maletas… la movida salsera se empieza a sentir nuevamente en Lima. Y si el II Festival de la Salsa se encargó de dar el primer empujón (con la presencia de El Gran Combo, La Sonora Ponceña, Grupo Niche y cerca de 20 mil asistentes) para los próximos meses se espera más: el Festival de la Salsa de Nueva York, en octubre, y Marc Antonie, en noviembre.
Es imposible decir que fui inmune al reggaetón (considero que hay algunos ejemplares rescatables en un mar poblado de pejesapos), su vorágine hizo que más de una vez termine bailando alguno de los tantos sonsonetes de moda. Y claro, no es que me sienta orgullosa de eso ni mucho menos pero tampoco estoy para arrepentirme.
Lo que sí me resulta cierto es que ya no quiero que bombardeen mis oídos con más de lo mismo, me niego a tener que conformarme con letras insustanciales y sonidos semi guturales si cabe el término. Porque aunque nunca lo busqué el reggaetón supo donde encontrarme: sube a la combi conmigo, se me cruza el sábado por la noche, me saluda desde la pantalla chica, etc.
Por eso veo con buenos ojos el desembarque de los salseros aunque la salsa tampoco sea mi fuerte. Los timbales me saben a miel en estos momentos. ¿Será la salsa el “refresh” que necesitamos?
Leyenda: Enardecida fanática se rinde ante El Gran Combo de Puerto Rico en el II Festival de la Salsa. Foto: Ruddy Tena.